VÍDEOS
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VÍDEOS -REPASO
VIDEOS-REPASO TEMA 2.LOS SISTEMAS MATERIALES
DENSIDAD
VIDEOS-REPASO TEMA 1. EL TRABAJO CIENTÍFICO
Magnitudes fundamentales
Magnitudes derivadas
Conversión de unidades al S.I.
Errores absolutos y relativos
Notación decimal y científica
El método científico
EJERCICIOS TEMA 1. EL TRABAJO CIENTÍFICO
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El agua es muy abundante y en el universo se puede encontrar
por todas partes, incluso en la superficie de las estrellas. Sin
embargo, detectarla en planetas rocosos a la distancia adecuada de su astro es
uno de los requisitos necesarios para plantearse si un mundo es habitable o
incluso para buscar las primeras señales de vida. Hoy, la revista Nature
anuncia el hallazgo de una señal que desvela que hay agua en la atmósfera
de K2-18b, un planeta algo mayor de la Tierra que orbita una estrella enana
roja a 111 años luz de distancia, en la constelación de Leo.
Lo interesante del descubrimiento es que, a diferencia
de la mayor parte de los planetas cuya composición atmosférica conocemos,
K2-18b no es un gigante gaseoso, como Júpiter, orbitando
muy cerca de su estrella. Este objeto está en lo que se conoce como la zona habitable, la distancia justa a la que el agua puede permanecer
en estado líquido, y tiene características que lo convierten en algo parecido a
una supertierra, con algo menos de ocho veces la masa de la Tierra y 2,3
veces su radio.
Sin embargo, el mundo estudiado por los autores de la
detección, un equipo de University College de Londres (Reino Unido) liderado
por Angelos Tsiaras que empleó
imágenes recogidas por el telescopio Hubble, no está expuesto a las mismas condiciones que la
Tierra. La estrella es una enana roja, el tipo más abundante en el universo.
Eso las convierte en buenas candidatas para albergar mundos con vida, pero son
bastante distintas de nuestro Sol. Sin una masa suficiente para consumir su
energía nuclear de forma estable, cada cierto tiempo lanzan llamaradas que, al
menos hasta ahora, se creía que arrasarían las atmósferas de planetas cercanos
como K2-18b.
"Es la primera vez que se detecta agua en un
planeta de tamaño tan pequeño”, comenta Enric Pallé, un experto en planetas extrasolares del Instituto
Astrofísico de Canarias que no ha participado en el estudio. “Y si se puede
hacer con el Hubble, con el James Webb [un telescopio mucho mayor que se lanzará
previsiblemente en dos años], será posible hacerlo en más planetas, de menor
tamaño y con mayor precisión”, continúa Pallé. La duda aún es si las enanas
rojas proporcionan un entorno adecuado para la vida. “Que se haya encontrado
agua en la atmósfera de este planeta significa que muchos de los planetas que
orbitan esas estrellas podrían tener atmósfera”, señala.
Durante los próximos años, nuevos instrumentos como el
James Webb permitirán acercarse mucho más a las atmósferas de los miles
de planetas extrasolares descubiertos. También es posible que nuevos datos
moldeen nuestra visión sobre lo que sucede en aquellos mundos lejanos, algo que
ya empieza a hacer el artículo publicado hoy en Nature. Las enanas rojas
emiten mucho menos calor que el Sol y para que un planeta en su órbita reciba
suficiente energía para mantener líquida su agua superficial, debe estar muy
próximo a ella. Esto provoca que, como siempre que un objeto de menor tamaño da
vueltas demasiado cerca de uno mucho mayor, como le sucede a la Luna con la
Tierra y a Mercurio con el Sol, su órbita quede fijada y siempre enseña a la
estrella la misma cara.
En el caso de un planeta como K2-18b, es previsible
que el hemisferio que siempre está expuesto a la estrella permanezca abrasado y
el que queda a la sombra, congelado. Esto dejaría en medio de las dos mitades
de clima extremo una franja con una temperatura más o menos adecuada para la
vida. Los científicos plantean también que, si cuentan con una atmósfera lo
bastante densa, pueda servir para crear en su interior unas dinámicas
climáticas que generen un ambiente menos extremo.
Pero es posible que el nuevo planeta no sea
exactamente una supertierra y se parezca más a un minineptuno, el
tipo de planetas extrasolares más comunes. Aunque la masa de K2-18b es ocho
veces mayor que la de la Tierra y está por debajo de las diez en la que se
comienza a hablar de minineptunos, su radio, con 2,3 veces el terrestre,
está ligeramente por encima. Esto significa que su atmósfera puede ser mucho
más amplia y densa que la de la Tierra, algo que significaría que la presión
atmosférica sobre aquel mundo sería muy elevada y que las condiciones para la
vida serían, al menos según los criterios actuales, más arduas.
Todo esto son, de momento, especulaciones, pero el
hallazgo anuncia una nueva etapa en el conocimiento de los miles de mundos que
ya conocemos fuera del sistema solar.
Fuente:
EL PAÍS (12 SEP 2019)
CUESTIONES
-
¿Qué
es una Enana Roja?
-
¿Qué
características tiene la Zona Habitable?
-
Compara
la masa y el volumen de K2-18b y la de la Tierra. Rt =
6370Km; Mt = 5,972·1024 kg
- Habiendo
leído el texto, ¿cómo crees que ayudan las ciencias a la tecnología y al
desarrollo humano?
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